La señal del nacimiento de Cristo
“Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre”. (Lc. 2:12)
El uso de las señales
Hay señales en la Biblia que son indicios o representaciones de algo. Estas señales sirven como “testigos” de otra cosa. Vemos esta definición de señales en la primera mención de la palabra en la Biblia.
Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, (Gn. 1:14).
Las lumbreras sirven de “señales” porque señalan (marcan, indican, muestran) el cambio de días, meses, estaciones y años.
Vemos otro ejemplo de este uso de la palabra “señal” en algunos de los pactos que Dios estableció:
El arco iris sirve de señal del pacto de Noé (Gn. 9:12-17).
La circuncisión es la señal del pacto de Abraham (Gn. 17:9-14).
El día de reposo sirve como “señal” del pacto de Moisés – el pacto que Dios hizo con la nación de Israel (Ex. 32:12-17).
En este pasaje de Lucas 2:12, el ángel les dijo: “Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre”.
Así que esta señal tiene tres elementos: el niño, los pañales y el pesebre. No es niña, es un niño, debe ser un niño que use pañales. Nótese debe estar envuelto en pañales. Obsérvese la palabra envuelto. Y debe ser un bebé que este acostado, pero no en su cuna, ni en los brazos de su madre, sino en un pesebre.
El uso de los pañales
En segundo lugar, debemos indagar cómo eran los pañales que se usaban cuando Jesús nació. No había pañales desechables como los que conocemos ahora: Kleen Bebe, Pampers, Suavilastic, Chicolastic, Huggies. Hace 40 años, no había pañales desechables, los que había eran de tela reciclable.
Alguien escribe un artículo que llamó “Lo más bíblico del pesebre son los pañales de Jesús”. Cada cultura fue sumando elementos extra religiosos al cuadro del nacimiento, a la vez que dejaba de lado otros que sí están en los evangelios.
Las tradiciones de los diferentes pueblos han contribuido con muchos de los símbolos que rodean la celebración de la Navidad: el pino, las velas, los regalos, las esferas, Santa Clous; sería posible hacer un largo inventario, porque con el correr del tiempo cada cultura ha querido hacer un aporte particular.
Lo notable del caso es que la mayor parte de los usos y costumbres de la Navidad no tienen mayor fundamento en la historia bíblica y se originan más bien en orientaciones más o menos disimuladas de prácticas originadas en el paganismo anterior a la fe cristiana.
El fenómeno se da también a la inversa: elementos que, en los relatos bíblicos juegan un papel importante son ignorados en las celebraciones contemporáneas. Uno de ellos es el de los pañales.
Dice Lucas 2:7 “Lo envolvió en pañales”. Se dice que el término griego (esparganosen), representa una tira para fajar. Solo aquí y en el v. 12 en el NT, pero se encuentra en Eurípides, Aristóteles, Hipócrates, y Plutarco. Frecuentemente en obras médicas.
Según el documento “Vida cotidiana judía en los tiempos bíblicos” dice: Al nacer se frotaba al recién nacido con sal para afirmar su piel, y se le envolvía en pañales para que crecieran bien sus miembros.
En el libro “Usos y costumbres de las tierras bíblicas” dice: “Por años los orientales de las tierras bíblicas han cuidado de los niños tal como cuando Jesús nació. En vez de permitir al niño el libre uso de sus extremidades, se enreda de manos y pies con bandas de pañales, y así lo convierten en un bulto desvalido semejante a una momia. Al nacer, al niño se le baña y se le frota con sal; después con sus piernas juntas y sus brazos a los lados, es envuelto apretadamente con bandas de lino o de algodón de diez a doce centímetros de ancho, y de cuatro a cinco metros de largo.
La venda también se pasa bajo su barba y sobre su frente. Algunos pasajes describen que estas mismas costumbres al nacimiento del niño se practicaban en su tiempo: (Ez. 16:4; Job 38:8-9, y Sabiduría 7:4).
Empecemos por el libro apócrifo de Sabiduría 7:4. El pseudo-Salomón exclama: «Apenas nacido…, en pañales y con mimo fui criado». Luego, con un lenguaje pintoresco, Job (38:8-9) dice que el mar, en el instante en que el creador lo llamó a la existencia, experimentó la solicitud amorosa de Dios, que le dio las nubes por vestido y el oscuro nublado por pañales. Ezequiel (16:4), finalmente, prueba lo contrario: cuando Jerusalén vio la luz, no fue envuelta en pañales, porque —explica el Señor— «nadie hizo contigo estos deberes de piedad, por compasión a ti, sino que, como un ser despreciable, fuiste expuesta en campo abierto el día de tu nacimiento» (v. 5).
Ezequiel 16:4 “Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu cordón umbilical, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte ni frotada con sal, ni fuiste envuelta en pañales”.
En un comentario sobre la frase “Ni salada con sal” dice: Esta práctica sobrevivió hasta los primeros años del actual siglo. Su propósito era impedir el crecimiento de infecciones
Significado
En otro comentario bíblico sobre este pasaje dice: El Señor dijo: «No fue cortado tu ombligo » (Ezequiel 16:4); es decir, todavía eran alimentados en su iniquidad por las prácticas degradantes de las naciones paganas que les habían dado nacimiento en la iniquidad. Y como nación, Judá no había sido llamada «lavada… salada, ni… envuelta en fajas» (vers. 4), o sea, que no había sido limpiada de las corrupciones que había recibido de sus padres.
La referencia a no haber sido salada proviene de una antigua costumbre de que «los recién nacidos eran frotados con sal a fin de endurecer su piel, dado que se creía que esta operación la secaba, la endurecía y la hacía firme. La sal también pudo ser aplicada como emblema de pureza e incorrupción».
Envuelta en fajas se refiere a envolver en una tela, lo que se hacía para proteger al tierno bebé. El mensaje presentado por Ezequiel es que los judíos nunca habían sido realmente limpiados de la corrupción del mundo ni habían nacido como hijos de Dios. Sin el cuidado de Dios, no tenían a nadie que los protegiera.
El uso de vendas en los niños
Señal para identificar
El lugar de nacimiento de Jesús era tan humilde y pobre que eso en sí se les dio a los pastores para que lo identificaran: “Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre” (Lc. 2:12).
Los pañales en sí no eran la señal. Todos los bebés judíos, al nacer, eran lavados en agua, untados de sal y luego envueltos en pedazos de tela o pañales. El no sería solamente envuelto en pañales, sino que también sería acostado en un “pesebre,” en una caja de paja de donde comían los animales en un establo. “Esta señal distinguiría al Salvador recién nacido de todos los demás”
Un erudito observa que esto era No una ‘señal’ sino positivamente ‘la señal,’ la señal segura y cierta…Tal vez algún otro bebé había nacido en Belén aquella noche; pero este bebé divino sería descubierto ‘habiendo sido envuelto en pañales…y acostado en un pesebre’…Ambos participios forman la ‘señal,’ y ambos la son juntos…¿Dónde en todo el vecindario estaría un bebé envuelto, acostado en un pesebre – en un establo, no en la propia casa, y aun en el establo sin cama sino que en un pesebre de paja?
Y Matthew Henry dice: Cuando lo vimos envuelto en pañales y acostado en un pesebre, estuvimos tentados a decir, “Seguramente este no puede ser el Hijo de Dios.” Pero mira su nacimiento atendido, así como se ve aquí, con un coro de ángeles, y decimos, “Seguramente no puede ser otro sino que el Hijo de Dios…”
Un bebé recién nacido, envuelto en pañales, acostado en un pesebre, una caja que se usa para darle comida a los animales. ¡Ni aun estos pobres pastores jamás habían visto a un bebé en una caja como cuna! ¡“Esto os servirá de señal”!
La señal del niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc. 2:12). Es una señal extraña para identificar a alguien nacido para deberes y dignidades grandes, que él…no como hijo de los más pobres, yace en un pesebre. Humillación es la señal de la majestad, la más grande humildad es testimonio de la altura de gloria. La cuna demasiado pobre para algún hijo del hombre, es buena para el Hijo de Dios
Jesús vino del cielo a esta tierra. Pero él no vino del modo en que lo esperaban. El no vino como un gran rey. El vino como un pequeño bebé. El nació en las condiciones más bajas. Lo acostaron en la paja, es posible que en medio de vacas y burros. Esto muestra que Jesús era completamente humano. Él era completamente Dios y completamente hombre al mismo tiempo. El vino del modo más débil posible, como un bebé.
Ese es el modo en que el Salvador vino al mundo. El no dejó su deidad; él se despojó de su gloria. Más que unos cuantos pastores y de ángeles debían haber estado presentes para darle la bienvenida – toda la creación debía haber estado allí… [El Emperador Romano] Cesar debía haber estado en Belén para adorarle. Jesucristo lo podría haber forzado a hacer eso mismo, pero no lo hizo. El hizo a un lado, no su deidad, sino sus prerrogativas de deidad. Él vino como un pequeño bebito.
¿Qué significado tiene esta señal?
1. Significa limitación
¡Qué símbolo más adecuado limitación con que el Salvador vino al mundo! Se hizo hombre tal como nosotros. Durante años, su vida dependió del cuidado constante de los demás.
2. Significa entrega completa
Dios se puso en manos de los hombres. Fue hombre en todo como nosotros. Y desde el mismo comienzo, su misión redentora necesitó del consentimiento de otros. María aceptó ser madre sin estar casada. José aceptó un hijo que no era suyo. Y de esas dos voluntades que se dejaron llevar por la voluntad de Dios nació y llegó la luz de la aurora. Sin unos padres, hubiera muerto en pocos días. Sus necesidades más elementales tuvieron que ser provistas por los demás.
3. Significa fragilidad
El niño «envuelto en pañales» significa que está sujeto a límites, a debilidad, destinado a la muerte. La «gloria de Dios» que «rodeó de luz» a los» pastores (v. 9, periélampsen) parece servir de contraste a los pañales que «envuelven» al niño (v. 12, esparganoménon). El recién nacido mesías es de naturaleza divina, es el Cristo Señor (v. 11). Pero de este origen glorioso no se revela nada por fuera. Ahora que ha nacido para nosotros, para todo el pueblo (vv. 10-11), se hace solidario de nuestra condición. No está rodeado de gloria. Si, lo mismo que Dios, está envuelto en luz (cf Sal. 104:2), ahora, como hijo del Hombre, está envuelto en pañales, igual que cualquier niño necesitado de protección y de cuidado.
4. Significa identificación
A los bebés los frotaban con sal como un ritual de purificación y antiséptico. La sal era señal de un pacto con Dios. Ceremonialmente el niño recién nacido y la mamá eran considerados impuros. La sal servía para la limpieza ceremonial y prevención de infecciones. El santo ser, concebido sin pecado se está identificando con el pecado de la humanidad. El que no conoció pecado por nosotros se hizo pecado. El llevó el pecado de todos nosotros.
5. Significa muerte y sustitución
Las fajas o pañales donde fue envuelto Jesús recién nacido (Lc. 2:7, 12) apunta a otra ocasión cuando es envuelto con fajamiento que nos recuerda también Lucas (23:53), o sea, el de su cuerpo exánime, preparado para la sepultura. María envuelve en fajas al niño y lo pone en el pesebre (Lc. 2:7); José de Arimatea envuelve el cuerpo de Jesús en una sábana y lo pone en el sepulcro (Lc 23:50-53). Las fajas con que envolvieron al niño nos recuerdan los lienzos con que envolvieron el cuerpo muerto de Jesús (Jn. 19:40). Recordemos que Pedro y Juan llegaron a la tumba y vieron los lienzos puestos allí y el sudario en un lugar aparte (Jn. 20:5-7). Esta relación entre ambas situaciones, señalada al comienzo y al final de los días de Jesucristo, los «de su carne» (cf. Heb 5:7), podría significar que el mesías se hace partícipe con toda lealtad de nuestra suerte desde la cuna hasta la tumba y aún más allá.
Conclusión
Los pañales son evidencia de su humildad. No solo no se degradó al nivel angelical, sino que se hizo poco menos que los ángeles. El Verbo se humanó. Tomó la condición de un bebé frágil. No nació en un palacio con pañales de seda. Nació como un niño indefenso y con enemigos que procuraban matarle. Su venida fue señalada por pañales. ¡El Salvador del mundo envuelto en pañales! Se puso en nuestras manos por completo, así como años más tarde se dejaría llevar al cadalso como una oveja al matadero, sin quejas ni rebeldías.
Pablo describe la misma humillación de Jesús en su célebre himno «Cristo Jesús, el cual siendo en forma de Dios, no estimo el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz”
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. (Fil. 2:5-11).
Egor