Introducción:
Muchos hemos oído poderosos mensajes acerca de este pasaje que se centra en la figura del hijo rebelde que se va de casa, despreciando su posición de hijo, corriendo a la ventura y el ofrecimiento de abrirse camino por el mundo, olvidando los privilegios que la casa del Padre le otorga. Incluso este pasaje sirve para evangelizar y mostrar la perdición del hombre y la misericordia de Dios Padre al recibirnos tal y como venimos de regreso al hogar.
Nos conmueve hasta las lágrimas la escena de un hijo arrepentido y un padre perdonador, que olvidando las faltas de su hijo errante, volviendo como un pecador, que se apresuró a probar «mundo», que malgastó todo lo que su padre le dió por herencia, que manchó su nombre y apellido al mezclarse con el mundo y que además volvía al hogar en franca derrota como un mendigo sin nada que ofrecer o presumir, a pesar de todo su Padre lo recibe, perdona y restaura. un poderoso mensaje para invitar a aquellos que están lejos de la casa o el camino de Dios a volver a El. leamos el pasaje para entender mejor la narrativa bíblica.
San Lucas 15:11-32 (RVR1960) — Parábola del hijo pródigo
11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17 Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. 25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; 26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29 Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. 31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.
Hoy nos ocupa en este sermón no la historia del hijo pródigo sino del Hermano Mayor que se queda en el hogar trabajando para la casa de su padre, veremos 3 aspectos o reacciones del hijo mayor, al enterarse del regreso de su hermano menor.
Estas acciones o racciones, son un claro ejemplo de lo que hoy está pasando o pudiera estar sucediendo en la iglesia, con aquellos «hijos» que han cuidado su vida, que son parte de la iglesia, que trabajan en la obra de Dios, que se ocupan de trabajar para engrandecer el reino de nuestro Padre celestial. pero que pudieran reflejar en algun momento sin darse cuenta el error cometido y el olvido de aquellas bendiciones que tenemos al estar «en casa». veamos.
1- verso 28: ENOJO – CORAJE – INJUSTICIA
Dice la Escritura que este hermano , averigua qué es el alboroto que se arma en casa, y al enterarse que su hermano perdido regresó. tiene un sentimiento de ENOJO. porqué?
- Uno de los sentimientos que mostrarán EL ENOJO EN LA IGLESIA, es la envidia hacia los nuevos que son alcanzados por la misericordia de Dios cuando empiezan a ocupar lugares prominentes en la congregación y empiezan a desplazar a los más antiguos. El hermano del hijo pródigo se enoja porque se hace una fiesta en vez de una reprimenda por el padre.
- RESAGO Y ALEJAMIENTO – «Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase.ver 20…» Cuando la envidia se desarrolla en el creyente fiel, tiende a rezagarse en los programas de la iglesia, en los cargos, en el trabajo y a leguas se muestra ese desacuerdo al considerar una injusticia del «Padre» usar a los recién llegados y darles «dones» y privilegios que «solo los fieles, según ellos deberían portar o tener». Es una buena oportunidad para meditar en tu accionar en tu iglesia si no estás tomando esta misma actitud hacia el trabajo y liderazgo en tu congregación.
2- BUSCANDO EL RECONOCIMIENTO DEL PADRE.
Todo hijo siempre anhela que el Padre de familia elogie o reconozca sus esfuerzos o logros, esto es una verdad, incluso en la psicología se menciona que todo hijo necesita sentirse aceptado o reconocido por su Padre, hoy existen muchos hijos con sentimientos ocultos de tristeza porque nunca recibieron de su padre una palabra de aliento, dicho sea de paso y como un consejo a los padres que escuchan, «dale a tu hijo siempre una palabra que lo aliente a seguir , no solo críticas destructivas».
El hijo mayor tiene un diálogo con su padre, y más que diálogo es un reclamo!. argumenta que su lejanía y enojo a esa «fiesta por el hijo que regresa» es porque El siempre :
- Estuvo con su padre muchos años sirviéndole – verso 29 He aquí, tantos años te sirvo, – Esta queja se parece a la nuestra como miembros de la iglesia, que por tantos años servimos a Dios y al mirar cómo Dios usa a otros, nuevamente «LA ENVIDIA o CELOS» nos mueven a reclamar a Dios el porqué de su misericordia.
Tenía razón este hermano mayor? – No la tenía
sin embargo la historia nos muestra un claro ejemplo de lo que en muchos creyentes pudiera estar cohabitando en los corazones, porque al dia de hoy es posible que ya no estés sirviendo al Señor como lo hacías antes, porque ha llegado el celo, la envidia hacia los «nuevos» o hermanos que están trabajando en tu iglesia. NO LO PERMITAS. - Era un buen ejemplo de hijo. no habiéndote desobedecido jamás. Otro argumento para defender su enojo y lejanía de participar de la alegría de su padre y de la fiesta en casa fue decir lo bien que se portó. A caso Dios no sabe cómo somos?, por supuesto que si. Dios nos conoce y sabe lo que hacemos para su obra y para agradarle a él. pero era su defensa ante la situación que el mismo no entendía, no comprendía lo que es el amor de un padre, el se limitaba al valor de lo que hacía olvidándose de la misericordia y el perdón tan necesarios.
a veces la falta de amor fraternal se hace patente en las iglesias, porque sentimos que somos los únicos merecedores del reconocimiento y de las bondades de Dios. nos comparamos con los demás y siempre pensaremos que «merecemos» el aplauso del Padre. - QUE ESPERABA ESTE HIJO MAYOR? – lo declara en esta frase. y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. verso 29 — Que esperas de Dios Padre?. sin darse cuenta este hijo nunca disfrutaba del privilegio que tenía como hijo. A veces en la iglesia sufrimos, nos enojamos con los Pastores, con los líderes porque nunca nos reconocen y nos olvidamos a quien estamos sirviendo. es cierto que debe haber un reconocimiento en el liderazgo, sin embargo no olvidemos que es Dios quien nos dará la «bendición que necesitamos» y no el hombre.
como en el caso de este hijo mayor, se queja que su padre nunca le dio nada, cuando lo tenía todo!. - LA COMPARACION NO ES BUENA PORQUE DESTRUYE. 30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo
El hijo mayor compara lo que el padre hizo con su hermano en comparación con el mismo, la gran lección en este mensaje es saber aceptar lo que tienes de Dios y ser agradecido, deja de mirar el Ministerio de los demás, deja de envidiar al que Dios le da más que a ti, confórmate y agradece por lo que Dios te ha dado.
3- EL PADRE LE DECLARA SU POSICIÓN DEL HIJO MAYOR:
verso 31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
Olvidamos lo que tenemos en Dios, así como este hermano mayor, olvidó quien era en su propia casa, la envidia, los celos, las comparaciones lo distrajeron y le quitaron la vision de quien era.
Muchos miembros de iglesias ya no son eficaces ni están sirviendo a Dios precisamente por haber olvidado o perdido la visión de quién eres ante Dios. Su Hijo, eso es lo que somos ante Dios. Juan 1:12 dice 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
El Padre le dice a su hijo, «Todas mis cosas son tuyas», que gran privilegio, que gran herencia, que palabras tan grandes y que denotan Poder, Potestad, Autoridad, Riquezas y Posición. El enojo puede desenfocarnos de todo aquello que el Padre te ha dado, no lo permitas.
Conclusión:
La historia de este hermano Mayor enojado, es un mensaje muy directo para todos los que somos miembros de una iglesia que tenemos mucho tiempo de ser fieles, leales, entregados al Señor y que sea que ocupemos un cargo o no, nos declara Dios que gocemos de TODO lo que el nos ha prometido.
No prosigas alejándote del rebano, de tu casa de oración, de la hermanad, no permitas que el Enojo o la envidia destruya tus anhelos y servicio al Señor. hoy Dios te recuerda que eres su hijo y que tienes muchos privilegios al estar en su casa. vendrán muchos hijos pródigos , siempre Dios está trayendo a su redil, esas ovejas perdidas. no te enojes por eso. al contrario agradece al Señor que su amor y misericordia están vigentes hasta el día de su venida por su iglesia.
Haber descubierto a Dios (o la palabra que deseen usar), y aún así querer más: amor y aprobación, reconocimiento, apoyo moral, palabras de aliento maternales/paternales, ¿es tener la actitud del hijo mayor de la historia, no?
Creo que en mi caso esta vez sí. Porque me sentía miserable, abandonada, «escurrida», y había olvidado la presencia de Dios en mí, de aquel pequeño milagro que duró casi una semana donde sentí a Dios.
Sigo sin comprender muchas, muchísimas cosas en cuanto a sentimientos propios, y deseo poder mantenerme cerca de mi Padre, Madre (María), Hijo y Espíritu Santo, pues no han llegado a mí respuestas de paz en la vida que las que me ha dado Él. Gracias a Dios que lo busqué con ahínco aquella vez. Porque la prueba irrefutable que dejó testimonio en mí de Quién era, podrá borrarse su sensación por efecto del Tiempo, pero no podrá negar que existió tal experiencia en mi vida. Y por eso siempre es posible volver a Él, y en mi caso, con una ayudita extra.
Qué buen me ha venido esta parábola, que en este post está orientada a quienes trabajan como parte de la Iglesia, pero se da a entender por sí misma.
Gracias